Para avanzar económicamente es importante tener grandes objetivos, pero es igualmente crucial marcarse pequeñas metas por el camino que nos permitan seguir adelante.
Piensa en la fabricación de un coche. Lo importante es tener el vehículo terminado para poder desplazarte, pero sin muchas pequeñas piezas y acciones por parte de los trabajadores del fabricante, jamás tendrías el producto montado y acabado.
Además, cuando te marcas un objetivo ambicioso, el recorrido puede ser largo, por lo que mantener la motivación durante ese tiempo es vital.
Divide los objetivos grandes en partes
Independientemente del tipo de objetivo que te fijes, ya sea personal, profesional o económico, para conseguirlo necesitarás dar una serie de pequeños pasos.
Por ejemplo, si te has propuesto ascender en tu trabajo, seguramente primero tengas que alcanzar varios méritos individuales que, en conjunto, te ayuden a conseguir tu meta.
En lo económico, si tu objetivo es ahorrar 10 000 €, primero tendrás que ahorrar 500 €, luego conseguirás 1000 €, posteriormente 2000 € y así sucesivamente.
Y para todos esos pequeños hitos se necesita constancia, esfuerzo y disciplina. Al trabajar en ellos estás desarrollando hábitos positivos y estás poniendo en práctica acciones beneficiosas para el largo plazo.
Por eso, merecen ser celebrados. Son victorias en sí mismos.
Además, hacerlo te ayudará a mantener la motivación a lo largo del tiempo.
Recompénsate cuando alcances cada hito
Estas pequeñas recompensas reforzarán positivamente tus esfuerzos y te motivarán a seguir adelante.
Por eso, al planificar cómo trabajar en tu objetivo para conseguirlo, además de dividirlo en metas más pequeñas, define qué recompensas te vas a conceder cuando consigas cada una de ellas.
La vida no solo es esfuerzo, sino también disfrute y reconocimiento del trabajo bien hecho.
No minimices las victorias
Una victoria es una victoria, independientemente de su tamaño.
Recuerda que no importa si has progresado mucho o poco en tu objetivo, si has trabajado en él, ya estás en mejor posición de lo que estabas hace un año, hace un mes o hace una semana.
Una mentalidad negativa repercutirá en tu estado de ánimo y tu voluntad de seguir adelante con tus objetivos.
Sé amable contigo misma por tu salud mental, pero también en beneficio de tu economía.
Comparte tus pequeñas victorias
Aunque a veces prefieras guardarte tus objetivos para ti por privacidad o por inseguridad, yo lo hice cuando no estaba segura de que podríamos mudarnos a Suiza, compartir tus objetivos puede resultar positivo.
Encuentra personas con las que tengas ideas o perspectivas en común y comparte tus metas con ellas, el apoyo que recibirás por su parte te ayudará a mantener la motivación y a responsabilizarte de tu progreso.
Identifica conscientemente tus victorias y escríbelas
Aunque celebres mentalmente tus avances, los recuerdos pueden ser traicioneros.
Por eso, lleva un registro de tus minivictorias como el que encontrarás en mi planner financiero.
Cuando te asalte la negatividad porque no ves tanto progreso como te gustaría o cuando sufras algún contratiempo, siempre podrás recurrir a ese registro y ver claramente cuánto has avanzado.
De forma objetiva.
¡A por esos objetivos!




