Nuestra experiencia del mundo en el que vivimos es fundamentalmente emocional, aunque tratemos de ser lo más racionales posible, las emociones mueven montañas. Y también pasa con el dinero. Nuestras experiencias pasadas, nuestra crianza y nuestra propia personalidad van a dar forma a nuestras sensaciones hacia el dinero y cómo nos comportamos económicamente.
Desde gastos impulsivos para mejorar la autoestima hasta no atreverse a lanzarse a ganar más dinero por falta de confianza en una misma, pasando por la desconfianza en posibles oportunidades de inversión por malas vivencias pasadas.
Las emociones nos pueden sabotear económicamente si dejamos que campen a sus anchas.
A fin de cuentas, una buena gestión del dinero es 90% psicología y 10% números.
Por eso, hoy te propongo 5 preguntas difíciles para que analices tu mentalidad financiera y cuestiones tus sensaciones y pensamientos relacionados con el dinero.
1. ¿Cómo se comportaban tus padres con el dinero?
A lo largo de la infancia y la adolescencia, nuestros padres son uno de nuestros grandes referentes y de quienes aprendemos buena parte de cómo comportarnos en el mundo. Ya sea con enseñanzas explícitas o con detalles implícitos de cómo hacen ellos las cosas. Los niños imitan palabras y comportamientos, y definen su interacción con el mundo que los rodea utilizando a sus padres como modelo.
Por eso, aunque quizá no seas consciente si no lo analizas en detalle, es muy posible que compartas algunos de los miedos, creencias y percepciones de tus padres.
Es hora de estudiarlos y desprenderse de todo aquello que no te haga bien.
2. ¿Qué pensamientos y sentimientos negativos relacionados con el dinero tienes más a menudo?
¿Hay algún pensamiento que te asalte recurrentemente? ¿Quizá es la culpa por las compras impulsivas? ¿Quizá es la desconfianza ante nuevas oportunidades de ganar dinero o formas distintas de gestionar tus finanzas? ¿Quizá es la ansiedad por las deudas o los pagos? ¿Quizá es la desesperanza por sentir que no avanzas económicamente?
Todos tenemos este tipo de pensamientos y sentimientos.
Lo importante es saber por qué los tenemos, darles su lugar, racionalizarlos en la medida de lo posible y convertirlos en acciones positivas.
3. ¿Cuál es la peor experiencia económica que has tenido y cómo te afecta a día de hoy?
Todos tenemos momentos o vivencias negativas relacionadas con el dinero. Puede ser un robo, puede ser una mala inversión, puede ser una deuda que no deja de crecer… Esta experiencia va a influir en tus miedos y cómo abordas situaciones parecidas en el futuro, probablemente con muchas más reservas y cautela, y puede hacer que pierdas oportunidades de crecimiento.
Analiza la experiencia, por qué sucedió (si hay un por qué) y define maneras de evitar que te vuelva a pasar si estuvieras en una situación similar.
4. ¿Qué tipo de pensamientos (positivos o negativos) te vienen a la mente con más frecuencia?
Analiza si sueles tener una mentalidad más positiva o más negativa en cuanto al dinero, y por qué. No subestimes el poder de la positividad a la hora de cumplir metas y sueños. Partir de un esquema mental negativo te va a poner trabas incluso antes de empezar.
Sin embargo, ver el lado positivo a la situación te predispondrá para tener un mejor estado de ánimo y aprovechar oportunidades.
5. ¿Cuál es tu mayor miedo económico?
Explora tus miedos más profundos sopesando si están fundados o si son irracionales. Si crees que es un miedo que podría hacerse realidad, prepara tu plan de acción para evitar que suceda o para contrarrestar sus efectos si llegara a producirse.
Los miedos pierden su poder cuando los enfrentamos de cara.
¿Te animas a hacer una reflexión profunda de tu mentalidad sobre el dinero y quitarte miedos y creencias limitantes? Entra aquí.




