¿Te acuerdas de tus fiestas de cumpleaños cuando eras pequeña? Yo sí: medianoches de jamón y queso, los amigos más cercanos y sus padres en mi casa, una tarta de nata con velas rojas, un regalo por invitado y jugar en la calle un rato (en pleno febrero).
Y ya está.
Y así eran las celebraciones de la mayoría de mis amigos del colegio en los 90 (y en los 80). Creo que solo fui a una celebración en un parque de bolas y me acuerdo de pensar en la experiencia como si hubiera estado en Port Aventura.
Ah, pero las celebraciones de los niños de esta época son otra cosa. El parque de bolas es lo mínimo que se organiza. Decoración espectacular con globos, mesa dulce con todo tipo de snacks, chucherías y cupcakes, espectáculo de magia, varios regalos por invitado, disfraces temáticos, paintball, parques de atracciones, tartas de varios pisos con diseños personalizados…
Todo lo que se te ocurra.
La presión social y el gasto
El gasto en este tipo de celebraciones te puede descuadrar el mes por completo, o varios meses incluso. Y la presión social y la culpa como madre te pueden hacer caer en el ciclo infinito de celebrar cumpleaños a cual más espectacular. Te lo digo por experiencia. Mi hija mayor solo tiene tres años y ya he tenido que cargar con la sensación de “no estar dándole lo mejor” y comparar su cumpleaños con el de otros amigos de su escuela, cargar con el miedo de estar “decepcionándola”.
Las emociones nos pueden jugar una mala pasada y, por eso, hay que racionalizar el gasto.
Lo ideal es encontrar un equilibrio entre celebrar una fiesta que el peque disfrute y gastar una cantidad que no suponga un problema para la economía familiar.
Para ello, te doy mis 7 mejores consejos que estoy aplicando y voy a aplicar con mis hijas:

1. Fija un presupuesto máximo
Aíslate del ruido de las comparaciones y las expectativas sociales, y calcula cuánto puedes gastarte dentro de lo razonable. ¿Qué cantidad puedes dedicar al cumpleaños que se ajuste bien a tu presupuesto familiar?
Para calcularlo, divide el evento en categorías:
- Fiesta
- Regalo
- Comida
- Decoración
- Invitaciones
- Tarta
- Lugar
Valora qué categorías te parecen más necesarias y cuáles menos para asignar más o menos dinero a cada una.
2. Limita la lista de invitados
Puede resultar tentador invitar a toda la clase o invitar a más peques de los que realmente tenías pensado solo por compromiso o porque no hablen mal de tu hijo por no invitar a tal o cual amigo.
¿Te acuerdas de las fiestas de los 90?
Solo se invitaba a los amigos y nadie se enfadaba. No hay por qué invitar a toda la clase. Hay que normalizar algo que ya debería ser normal.
Pregúntale a tu peque cuáles son sus amigos más cercanos/qué niños querría que estuvieran en su celebración y mantente firme.
3. Haz las invitaciones tú misma
Si eres amante del papel, siéntate una tarde con tu peque y diseñad las invitaciones en conjunto. Pero mi sugerencia es que utilices una invitación digital. Hay montones de plantillas en internet. ¡Ahorrarás tiempo y dinero!
4. Racionaliza la decoración
Elige un tema o qué tipo de decoración te gustaría que hubiera y compara precios y busca ofertas.
Evita las tiendas especializadas e intenta encontrar alternativas en otro tipo de tiendas.
Por último, aunque todo te parezca una preciosidad, valora qué elementos le hacen más ilusión a tu peque y de cuáles puedes prescindir.
No te dejes llevar por la emoción del momento.
5. Aprovecha espacios gratuitos
Para los cumpleaños de los peques nacidos en primavera, verano y otoño hay muchas más opciones: el parque, la playa, el jardín o el patio de casa. Los de invierno tenemos menos opciones, pero también tenemos alguna: algunas urbanizaciones tienen una sala multiusos a disposición de los vecinos y algunas iglesias tienen espacios para celebraciones. Otra opción es buscar un sitio de alquiler de salas de baile y llegar a un acuerdo.

6. Haz la tarta tú misma
Las tartas decoradas suelen tener un precio elevado porque llevan muchísimo trabajo, por eso, te propongo hacer la tarta en casa. Busca una receta un poco más especial que le guste a tu peque y preparadla juntos. Añade algo de decoración para que quede más resultona: perlas de azúcar, formas de fondant listas para colocar, colorante alimentario de colores llamativos…
7. Evita las bolsas de chuches o regalitos a los invitados
Suele ser tradición dar una bolsa de chucherías o algún detallito al terminar la celebración para que se lo lleven a casa. En mi opinión, es totalmente innecesario. Los peques acaban de comer de todo, dulce y salado, no necesitan más golosinas. Y los juguetes o regalitos al final acaban acumulando polvo en un rincón.
8. Comparte gastos con otros cumpleañeros
Para este consejo te doy dos opciones:
- Celebra dos cumpleaños a la vez. ¿Tenéis alguna prima de la misma edad que cumple en torno a la misma fecha? ¿O quizá un amigo del cole? Aprovecha y celebra los dos cumpleaños a la vez: muchos gastos se reducen a la mitad.
- Compra la decoración a medias y utilízala en los dos cumpleaños. Ponte de acuerdo con los otros padres y comprad a medias todo aquello que sea reutilizable.
9. Simplifica la comida
¿Quién no ha tenido la tentación de preparar (o pedir) los cupcakes perfectos? ¿O una bandeja de picoteo digna de Pinterest?
Olvídate de la perfección y busca 3 o 4 comidas sencillas de hacer y que gusten a la mayoría de invitados.
Eso sí, ¡te recomiendo preguntar por las posibles alergias para evitar disgustos!
10. Prepara juegos o actividades gratuitas o low-cost
La finalidad de toda celebración es pasarlo bien, por eso, la decoración y los detalles pasan a un segundo plano cuando los peques están disfrutando.
El juego libre siempre es una opción, pero si quieres asegurarte de que no hay ni un momento de aburrimiento, haz una lista de actividades y juegos que no necesiten material (o que necesiten muy poco).
Aquí algunas ideas:
- Guerra de globos de agua
- Carreras con los pies atados a un compañero
- Bailar por parejas con un globo entre medias
- El pañuelo
- El teléfono escacharrado
- Búsqueda del tesoro (este necesita más preparación, pero no mucho material)
- La gallinita ciega
- Películas
- Estatuas
- Limbo
- Las 20 preguntas
- Karaoke
Y, sobre todo, recuerda: en 20 años tu peque no va a recordar cuántos globos compraste o la espectacular mesa dulce que pediste para su cumple.
Pero sí va a recordar lo bien que se lo pasó y quién lo hizo posible. Y eso no tiene por qué ser caro.
Olvídate de la presión social y del qué dirán y haz una fiesta que haga feliz a tu peque y se ajuste a la economía familiar.




